26 ago 2009

Rebeka Brown en el periodíco "El Mundo"



EL MUNDO, MARTES 25 AGOSTO 2009

Pistas de baile / Rebeka Brown

La vocalista catalana se erige como referente mundial del ‘house’

VANESSA GRAELL
Los DJ’s no son los únicos dioses de las pistas de baile. En el Olimpo del house ha irrumpido una nueva reina: Rebeka Brown. Ella es la Voz: una descarga eléctrica en estado puro. La vocalista de temazos que triunfan en el dancefloor, entre la marea de éxitos comerciales: que si Sun Rising Up (con Deux), Real Things (con Taito Tikaro) o su último hit, el tremendo Millenium (con Juanjo Martín). Entre luces y láseres
de discoteca aparece la exuberante Brown, salvaje y poderosa, imponente con sus taconazos, vestido de cuero y un lagarto que le recorre media espalda (entre otros dos tatuajes). Todo glamour.

En Amnesia, Privilege o Pachá deja al personal sin aliento con sus performances de infarto. Incluso se atreve a subir al escenario de una macrodisco a un violinista paramarcarse un dúo sublime entre lo electro y lo clásico (por algo, a los cinco años Rebeka se puso delante de un piano y aún no lo ha dejado). Después de una década, Brown se ha convertido en un referente del house a nivel mundial: cuando no está en Ibiza o la península tiene bolos en El Cairo, Moscú o Brasil. La revista Deejaymags, referente del sector, le
ha otorgado este año un premio honorífico por su trayectoria.


«El house no es de minorías: mueve masas. Es la evolución del funk y la música negra», proclama Brown en una terraza de Roses, frente a un mar azulísimo que podría ser el de su isla de adopción: Ibiza. La catalana ha vuelto a casa para presentar un impactante show que resume 10 años de carrera: Disco Dramah, un atípico concierto a ritmo de house mezclado con otros estilos: un poco de rock e intros a piano. El movimiento viene de la mano del genial Rafa Méndez, coreógrafo y profesor de Fama.

En directo, se destapa la auténtica diva, con sus espectaculares looks y rodeada por portentosos bailarines de Fama. Pero detrás de las luces y la animación, el maquillaje y el Brown, está Rebeca Jiménez Moreno. Vive en el campo de Ibiza, camina descalza siempre que puede y disfruta paseando por su huerto y dando de comer a las gallinas.

La cantante admira a las divas del soul y la música negra (no, la Brown no es afroamericana, como su chorrazo de voz podría sugerir): Tina Turner, Grace Jones y «Jocelyn Brown, la única que me pone los pelos de punta, abre la boca y tiembla la sala», dice. Pero Rebeka, con esa Voz en mayúsculas, no tiene nada que envidiarles. Antes de convertirse en la estrella de las noches ibicencas con las macrofiestas de Supermatxé o Matinée, Brown estudió ocho años en el conservatorio del Liceu, hizo clases de teatro (y probó suerte en los musicales, con el exitoso Rent) y cantó en la banda de funk Lucuma Lunch. A los 16 años «alucinaba viendo pinchar a los DJ’s» y se metió detrás de los platos. «Es como una jam session, hay mucha improvisación, igual que en el jazz o el funky», compara. Su primera vez fue en 1999, en La Terrazza del Poble Espanyol. Después de una década, Brown volverá este sábado al local que la vio nacer.

«Cuando empecé, el mundo de los DJ’s en España era muy minoritario, por no decir inexistente. Pero hoy en día todo el mundo es DJ. Además, predomina una mentalidad muy machista», lamenta. Y Annemiek, DJ holandesa que la acompaña en todas sus giras, asiente. «Al hombre le cuesta mucho dejar el ego a un lado. Con las mujeres hay más complicidad. Te sientes poderosa y orgullosa estando las dos ahí arriba: ¡woman power! Elmiedo es la base del machismo: les aterra que les superemos», concluye Brown.